Diciembre 21,2023
Las activistas de derechos humanos en Cuba, las mujeres, han trabajado duro ante una realidad que se resistía a ser contada por el régimen cubano. Finalmente, este, ha tenido que rendirse y aceptarla. Ha admitido públicamente los feminicidios y la existencia de la violencia de género en el país. La cifra oficial de “117 hechos por muerte violenta de mujeres” al cierre de octubre 2023, supera con creces la contabilizada en los subregistros de los observatorios de género independientes.
¿Por qué ha sido tan reticente el gobierno a poner en marcha una Ley Integral contra la Violencia de Género, si conocía y tenía cuantificado el problema? ¿Por qué ha permitido el coste en vidas que deja atrás secuelas personales y familiares difíciles de superar? No tiene justificación alguna. No lo entendemos. O en realidad sí lo entendemos, la explicación está en su naturaleza patriarcal, autoritaria y machista.
Tenemos mucho que agradecer a las personas, instituciones internacionales, periodistas independientes, activistas y ciudadanos que nos han escuchado y se han hecho eco de nuestro clamor. Ellos nos han ayudado a llegar hasta aquí.
Sin embargo, no se puede abrir una nueva etapa para Cuba, de supuesto enfrentamiento a la violencia machista, si persiste la criminalización de todo el activismo cívico en el país. Si persisten, privadas de libertad, más de mil personas por razones políticas, entre ellas alrededor de 100 mujeres que son víctimas directas de la violencia política, con sesgo de género, que ejerce el estado cubano.
No es creíble que se pueda pensar en “transformar modos de actuación, e ir eliminando las causas y condiciones que generan violencia de género en las familias”, como ha dicho Amarelle Boué, si se mantiene a la presa política, Lizandra Góngora, a 160 kilómetros de distancia de su hogar, y separada injustamente de sus 5 niños. O si se mantiene recluida en una prisión de hombres a una mujer trans, Brenda Díaz; o si se promete separar a Lázara Karenia de su bebé cuando este cumpla su primer año de vida y enviarla a prisión por 3 años. (Estas 3 mujeres fueron sancionadas por su participación en las manifestaciones del 11 de julio de 2021). O si se siguen sumando arbitrarias sanciones a Aymara Nieto, una Dama de Blanco que se encuentra en prisión desde 2018 y que ha sido juzgada recientemente por otro delito, el de liderar un supuesto botín en la cárcel de mujeres del Guatao. Y estos son sólo unos ejemplos que también nos hacen pensar en que la violencia política que sufren por parte del Estado es un tipo agravado de violencia de género.
El derecho de asociación, de reunión, de manifestación y de expresión de todas las organizaciones de la sociedad civil cubana, incluyendo las que luchan contra la violencia de género, se hace imprescindible y URGENTE, si de verdad se quieren promover políticas públicas y mecanismos de prevención. Y toda la sociedad debe ser parte de esa labor de sensibilización y deconstrucción de roles y estereotipos que colocan a las mujeres en un lugar de vulnerabilidad.
Hacemos un llamado a las instituciones públicas para que se tomen en serio lo que están promoviendo. Más de 100 mil mujeres, según cifras oficiales viven en entornos de violencia, o, mejor dicho, sobreviven.
Es decir, más de 100 mil mujeres están en riesgo. Gobierno cubano, nos están matando.
¡Actúen ya!
Alas Tensas
Alianza Cubana por la Inclusión (ACI)
Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba (CONIC)
Flamur
Mujeres Democristianas
Red Femenina de Cuba (RFC)
Red de Líderes y Lideresas Comunitarios (RELLIC)