Carta de Feminicidios

Agosto 4, 2023 – Si el homicidio es la acción de dar muerte a un hombre, el femicidio es la acción de dar muerte violenta de una mujer, haciendo énfasis en que esa muerte se produjo por el solo hecho de ser mujer. El femicidio es, entonces,  la expresión más extrema de la violencia contra las mujeres.

Muchas personas utilizan indistintamente el término femicidio y el término feminicidio pero, la diferencia entre los dos conceptos es política e importante.

Al igual que el femicidio, el feminicidio es el acto de matar a una mujer solo por el hecho de ser mujer, pero se le suma un simbolismo político que busca expresar que es un hecho que sucede por la inacción y la impunidad que fomenta el Estado de manera intencional para no abordar la violencia contra las mujeres como un asunto urgente de Estado. (Fuente: Observatorio Integral para la Prevención de la Violencia de Género de la Alianza Cubana por la Inclusión (ACI)).

Otras fuentes como ECURED, la enciclopedia oficial del sistema de educación en Cuba, definen el feminicidio como:

“un acto de máxima gravedad en un contexto cultural e institucional de discriminación y violencia de género, que suele ser acompañado por un conjunto de acciones de extrema violencia y contenido deshumanizante, como torturas, mutilaciones, quemaduras, ensañamiento, y violencia sexual, contra las mujeres y niñas”.

Solo en el mes de junio de 2023, perdieron la vida 11 mujeres a causa de la violencia machista en Cuba. La mayor cifra mensual desde que las Organizaciones de la Sociedad Civil Independiente  especializadas registran estos hechos.

Durante los primeros siete meses del 2023 se suman 54 feminicidios, superando ampliamente los 34 ocurridos durante el pasado año 2022. Cabe destacar que, estas cifras corresponden al monitoreo de las Organizaciones de la Sociedad Civil Independiente como  Alas tensas, Yo si te creo Cuba, Red Femenina de Cuba y la Alianza Cubana por la Inclusión (ACI), especializadas en denunciar y combatir las trágicas consecuencias de la violencia machista.

La cifra se aproxima a los 190 feminicidios desde que se comenzara el seguimiento en el año 2019.

Aún en la secretividad del régimen sobre el tema, algunos estudios cubanos analizan el fenómeno desde hace casi una década, como es el caso del estudio titulado Retos para la equidad en el proceso de actualización del modelo económico cubano (La Habana, 2015)” donde se reconoce que todas las inequidades reflejadas se han agudizado hasta límites inconcebibles.

Estas inequidades se visibilizan en las altas cifras de femicidios y sus consecuencias para la sociedad cubana, ya que el daño que genera esta tragedia no es sólo para las mujeres, sino para el universo familiar: tras cada una de las muertes, se ocultan hijos e hijas que quedan sin su madre; y además, sufren la prisión, en muchas ocasiones, de su propio padre por ser el feminicida. Los y las familiares del propio feminicida, también enfrentan dolor, ya que padecen el rechazo de la sociedad y la exclusión de sus espacios (trabajo, escuela, grupo de amistades) por el accionar del agresor. Esta exclusión y señalamiento, recae especialmente en las madres de los feminicidas, culpadas de no haber criado bien a sus hijos, ya que sobre ellas recae la responsabilidad de la crianza, otra inequidad de género reflejada en la sociedad cubana.

Además, no se puede desligar el componente del racismo sistémico de la sociedad cubana que hace las inequidades existentes más agudas entre negros y mestizos, menos favorecidos por las remesas recibidas de familiares emigrados por la composición étnica de esa migración, mayoritariamente blanca, sobre todo hasta hace unos pocos años.

No son estadísticas: son rostros, vidas.

La negligencia del gobierno cubano con relación a estos hechos se refleja —como sucede en todo Estado totalitario— en la actitud de los funcionarios, tanto policiales como judiciales y la ausencia de una legislación específica para la protección de las mujeres, ya existente en muchos países de Latinoamérica.

Por solo citar un caso:

El 4 de febrero de 2023 moría asesinada a manos de su expareja una adolescente de 17 años. El hecho solo engrosaría la lista de feminicidios si no fuera por la particularidad de que este se produjo en una estación de policía, ante la mirada de los agentes. Estos solo reaccionaron cuando la víctima ya había sido atacada y el agresor se marchaba. Un reflejo de la pasividad, la complicidad con la violencia de género, la falta de empatía del Estado.

La crisis propia de los últimos 64 años en Cuba, agravada en los últimos cinco años, no contribuyen a una solución a corto, mediano o largo plazo, al menos, hasta que no cambien las condiciones que la provocan.

Con los argumentos anteriormente planteados, bastan razones para exigir al Gobierno de Cuba lo siguiente:

  1. Reconocer la emergencia feminicida en la que están expuestas las mujeres cubanas basándose en los datos recolectados y el monitoreo realizado por las Organizaciones de la Sociedad Civil Independiente.
  2. Comprometerse y constituir como prioridad de Gobierno el abordaje, la prevención y la sanción de la violencia de género en todas sus formas.
  3. Actuar en consecuencia y de manera urgente en la promulgación de una normativa legal integral  para la protección de las mujeres y las niñas cubanas ante el feminicidio y todas las otras formas de violencia de género.
  4. Impartir una capacitación integral y obligatoria para todas las personas que se desempeñen como funcionarios y funcionarias de las instituciones que presten atención a mujeres en situación de violencia para que no revictimicen a quienes acuden a estas instancias a buscar protección y estos casos no queden impunes.

Que llegue al Gobierno de Cuba y, de igual manera, llegue a las organizaciones internacionales este reclamo, con el ánimo de sensibilizar a los y las agentes de influencia en este propósito.

Nota de Opinión
Autora:

Zelandia de la Caridad Pérez Abreu
Coordinadora de las Clínicas de Género de la Alianza Cubana por la Inclusión (ACI)